Abuso a un clic ( entrevista a Diego Migliorisi)

Por Lucas Cremades

La aparición de las redes sociales colmó las expectativas de millones de usuarios en todo el mundo. Con herramientas novedosas y de gran alcance masivo al servicio de la comunicación, la publicidad, la libertad de expresión y el entretenimiento, el acercamiento entre extraños y el reencuentro con viejos amigos o amores del pasado esconde distintas consecuencias negativas. Según informó la ONG Defendamos Buenos Aires, dirigida por el abogado experto en delitos informáticos Javier Miglino, existe una tendencia alcista en los abusos en relaciones generadas a través de la red social Facebook. Lo que equivale a que cada día se produzcan entre seis y siete ataques que terminan en la justicia con denuncias civiles o penales de parte de los afectados, totalizando alrededor de 200 casos al mes en Argentina. Con el agravante de que el cinco por ciento de esos casos, es decir unos 10 al mes, terminan en un delito de abuso sexual. Dos denuncias en menos de dos semanas relacionadas con casos de abusos sexuales que se valieron como soporte delictivo de Facebook ameritan realizar un análisis acerca de los riesgos a los que se ven sometidos los usuarios.

Abuso a un clic

 

¿Qué sucede cuando alguien, escudado en el anonimato de Facebook decide llamarte criminal, prostituta, pedófilo? ¿Qué pasa cuando alguien te amenaza, te acosa o te engaña con promesas de empleo y otras?”, se pregunta Miglino. “A partir de ese momento, se abren las puertas del infierno para aquella persona que sufre el ciberataque, que en la actualidad se llama ciberbullying; acoso por la red. O grooming, cuando un adulto se hace pasar por un niño o adolescente y mediante imágenes falsas y relatos fantásticos se gana la confianza de un joven o una joven para que le envíe imágenes o videos íntimos. El laxo nivel de controles que tiene Facebook Argentina S.R.L. abre la posibilidad de que se asocien dos o más personas con el único fin de agredir a un tercero y en el accionar abusivo olvidan que están cometiendo un delito penal y/o civil”, afirmó Miglino.

Meses atrás, la violación de una chica de 14 años, engañada con la estrategia del grooming en Mar del Plata por un depredador sexual de 37 años -que fingió tener 25 para contactarla, engañarla y retirarla de la propia escuela donde cursaba clases y violarla– es más que una evidencia para reflejar algunos de los hechos que ocurren en la red social más famosa del mundo. Similar a lo que ocurrió a principios de agosto con la mujer de 37 años que viajó desde Misiones hasta la Ciudad de Buenos Aires para conocer a un hombre de 48, con quien venía chateando desde hacía cuatro meses vía Facebook. El encuentro tan esperado terminó de la peor manera: la mujer se encontró con un hombre violento, que consumía tranquilizantes y que por un episodio de celos la terminó golpeando brutalmente en varias ocasiones, y luego la encerró durante varios días en una habitación del departamento que tenía en Villa Pueyrredón. Finalmente, la mujer pudo escapar gracias a un mensaje de texto a un conocido, quien pudo denunciar el hecho y logró que la Policía federal detuviera al agresor.

“”El anonimato no permite el crimen”, destaca el titula de Defendamos Buenos Aires. “Es posible establecer un sistema de seguridad que permita que todas las normas que tienen que ver con la lucha contra el abuso en las redes sociales y en el resto de Internet puedan ser publicadas a fin de que todos sepan cuáles son sus derechos y cuáles sus obligaciones. No alcanza con denunciar a un usuario”.

La saga de abusos que se valen de la red social más famosa del mundo tuvo un episodio aterrador en las últimas horas en la localidad de Puerto Madryn, provincia de Chubut. Un hombre de 33 años se contactó con una nena de 10 años a través de Facebook y mensajes de texto. Tras recibir un mensaje, la nena se escapó de su casa el viernes 7 de agosto durante la noche, cuando su padre no se encontraba en el domicilio. La niña fue a la casa del hombre que la había contactado y este abusó sexualmente de ella. “La nena volvió a su casa a las 7 de la mañana. Al ser consultada por sus padres, dijo que estaba con un adolescente de 18 años. Pero luego contó que en realidad había estado en la casa de un hombre que conoció hacía tiempo e indicó que mantuvo relaciones sexuales”, confirmaron fuentes de la fiscalía de esa ciudad. Al cierre de esta edición, al acusado se lo imputó por abuso sexual agravado y quedó bajo prisión preventiva, según dispuso la jueza Patricia Reyes.

 

La Asociación Argentina de lucha contra el Cibercrimen (AALCC) fue creada para combatir y asesorar a las victimas una vez configurado el delito. El Abogado Diego Migliorisi, secretario de la entidad y autor del libro Crímenes en la web (editorial Del Nuevo extremo, ver recuadro) destaca que “la mayoría de los delitos que vemos tipificados en el Código Penal puede configurarse a través de internet. El delincuente utiliza la red como  apoyo. En muchos países trabajamos sobre la libertad de expresión en Internet. Esto marca una tendencia acerca del accionar de las personas, lo que obliga a tener en cuenta un aspecto muy importante en relación a hacia dónde navega el usuario, adónde se mete y dónde consume la información. Para el delincuente, el anonimato es de gran ayuda. El problema está en la investigación: las pruebas suelen ser demasiado volátiles, se vulneran fácilmente y en consecuencia esto complica a los investigadores. Además de que el delincuente puede estar en cualquier región o cualquier país triangulando informaciones. La justicia va mucho más lenta que el delito informático, más allá de que tanto la Policía Federal como la Metropolitana estén muy bien preparados”, destaca el abogado.

El nacimiento y auge de Internet ha promovido distintos tipos de delitos que van in crescendo. Tales como hacking -hackers que utilizan sus conocimientos para cometer delitos o apoyar operaciones políticas-, los virus informáticos de denegación de servicios, el daño informático o el fraude. Los delitos se van amoldando a las nuevas tecnologías: ya no se circunscribe solo a un hacker que trata de robar información, por lo que abarcan todo el ámbito penal. El delincuente informático puede servir de apoyo para un abuso, para publicar fotografías de contenido sexual o violento, para el ejercicio ilegal de la medicina. También hay páginas que instigan al suicidio, a la venta de sustancias prohibidas o instalan noticias catastróficas. Luego caben delitos de mayor envergadura. “Internet es un mundo, lo que denominamos un universo paralelo, pero con efectos fuera de él. Hay un porcentaje muy bajo de delitos esclarecidos que se circunscriben a la red”, agrega Migliorisi.

El mayor porcentaje de delitos informáticos registrados pasa por amenazas, difamación, extorsión y delitos de índole sexual relacionados a la pedofilia y pornografía infantil. Desde la AALCC destacan que “el 80 por ciento de los delitos informáticos tiene que ver con la  pornografía infantil y la trata de personas. Lideran el ranking de los delitos tradicionales que más sufre la población”.

Dispersa en el mapa virtual, una nueva denominación ensombrece el horizonte: La Porno Venganza. Ya está tipificada en EE.UU. y Japón y en varios países hay proyectos. La porno venganza aparece como una tendencia creciente y refiere al accionar de una persona que tiene o tuvo relación con la víctima y que cuenta con material audiovisual de desnudos o de situaciones sexuales íntimas y las sube con la intención de causarle un daño moral y psíquico a la víctima, derivando en una extorsión a través del pedido de dinero para no subirlo. “El daño psíquico de lo que se sube a internet no tiene medida. Hay un perjuicio y además, esa noticia puede ser utilizada por más de 2.500 millones de usuarios en el mundo. No sabés quién se las quedó, ni quién las tiene, y no sabés cuándo ni cuánto se viralizará fuera de los portales. El daño de este tipo es irreversible técnicamente, porque no hay forma de poder controlar que no vuelva a suceder en el futuro una vez que la información se comparte”, cierra Migliorisi.

 

 

El universo de Facebook está provisto de creaciones, imágenes y videos provenientes de sus millones de usuarios. Detrás de este planeta, la Ciudad de Buenos Aires creó en noviembre 2012 la primera Fiscalía Especializada en Delitos Informáticos del país. Un año después, la Fiscalía firmó un convenio con el Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados (NCMEC), que alerta a la Fiscalía cuando encuentra que se distribuye material de pornografía infantil en Internet desde una IP de Argentina. Sólo desde noviembre de 2013 hasta mediados de 2015, la fiscalía recibió alrededor de 11.000 reportes de distribución de contenidos con pornografía infantil en Internet procedentes de una IP argentina. NCMEC, con la autorización del Congreso estadounidense, estableció el llamado CyberTipline, para que el público y los proveedores de servicios electrónicos denuncien sospechas de explotación sexual de menores, y que además involucra a diferentes países. Desde 1998, CyberTipline ha recibido más de 2,3 millones de denuncias sobre la supuesta explotación sexual de menores.

Para reflejo de esta problemática, desde la Fiscalía especializada en delitos informáticos se valen de las estadísticas. Sólo entre enero y junio del 2015 ingresaron 1.645 denuncias por producción y distribución de pornografía infantil: un incremento de casi el 300 por ciento respecto al mismo período del año anterior, cuando se registraron 1.197 denuncias en doce meses. El 88 por ciento de los delitos informáticos en la Ciudad de Buenos Aires por el artículo 128 del Código Penal son por producir y distribuir pornografía infantil en Internet.

Consultada por Veintitrés, la Fiscalía Especializada en Delitos Informáticos destaca los avances logrados en materia de investigación. “Recibimos todas las denuncias y reportes de material pornográfico infantil que ha subido un usuario con una IP en algún lugar de la Argentina. Ante una denuncia de abuso, el Cuerpo de Investigaciones Judiciales de la Fiscalía de la Ciudad (CIJ) monitorea los sitios de cada una de las empresas que proveen contenidos en Internet (redes sociales, Google, etc.) mediante un programa, Photo DNA, que detecta automáticamente fotografías con un contenido de pornografía infantil en la red. Vale destacar que desde 2008, las empresas de contenidos en Internet que operan en los Estados Unidos están obligadas por la Ley 18USS2258 a reportar el material pornográfico a NCMEC; de lo contrario, las empresas pueden recibir penalidades económicas cercanas a los 300.000 dólares. NCMEC procesa los reportes de las empresas y gira la denuncia al país correspondiente antes de las 24 horas de detectado el hecho”, señalaron desde la Fiscalía de la Ciudad.

Opinión

Una problemática globalizada. Por Diego Migliorisi
Abogado. Autor del libro Crímenes en la web y secretario de Asociación Argentina de Lucha contra el Cibercrimen

Mes a mes crece la cantidad de usuarios de redes sociales que son víctimas de algún delito. Si bien estamos ante una invención maravillosa, la mente criminal se mete en todos lados. Por eso, las redes sociales tienen una responsabilidad muy grande. No se pueden limitar a bloquear un perfil. Es necesaria la implementación del guardador de tráfico. Una herramienta necesaria que sirve para saber desde dónde se conecta el delincuente y a partir de ese perfil, utilizarlo como herramienta para la investigación. Esto en la Argentina no es posible debido a que los IP –dirección de usuario– están guardados en las casas centrales –en el caso de Facebook y Twitter en Estados Unidos–, lo que implica que ese pedido de prueba es lento y difícil de conseguir antes de que el delito sea efectivo. Por eso es necesaria la implementación de la Ley de Guardado de Tráfico –en la actualidad existen dos proyectos que esperan ser tratados en la Comisión de Libertad de Expresión– para tener una herramienta para llegar al IP y de ahí poder determinar si el proveedor que guarda la IP de sus clientes es argentino y quién es el cliente asignado. El guardado de tráfico de las redes sociales no está en la Argentina. Rusia tiene un proyecto de ley que a partir del año que viene obliga a que algunas redes sociales guarden la información de sus clientes en sus propias filiales para tener una prueba sin tener que pedírsela a Estados Unidos. A corto plazo esto va a tener que reverse a nivel mundial. Estamos ante una problemática globalizada, no es sólo de la Argentina sino de todo el mundo.

La respuesta de Facebook

Veintitrés consultó a la empresa Facebook que respondió a través de su portavoz vía mail..

¿Están al tanto de las denuncias por abusos sexuales que utilizan como  contacto a la red social Facebook?
Facebook tiene tolerancia cero con el abuso sexual. Removemos el contenido que amenaza o promueve la violencia y la explotación sexual. La seguridad de las personas es una de nuestras mayores prioridades, por eso buscamos darles el máximo control sobre su experiencia en Facebook.

¿Cuáles son las medidas que toman desde la empresa?
Mejoramos constantemente nuestras herramientas para reportar contenido inapropiado o bloquear a personas con las que uno no quiere interactuar. Asimismo impulsamos campañas educativas y recursos como el Family Safety Center, un centro de ayuda con consejos de seguridad para padres, adolescentes y educadores. La colaboración de nuestra comunidad nos ayuda a reducir riesgos.

¿Cómo se vinculan con la fiscalía especializada en delitos informáticos?
Los operadores de la plataforma de Facebook reciben, analizan y responden los pedidos de las autoridades relacionados a investigaciones oficiales. Ofrecen a las autoridades un canal especial de contacto a través de la dirección www.facebook.com/records.

Opinión

Menores en riesgo. Por Federico Pacheco. 

Especialista en Seguridad de la Información, autor de Los menores y los riesgos de las nuevas tecnologías

Las redes sociales extendieron paulatinamente nuestra zona natural de confianza, hasta el punto de que incluso llegamos a relacionarnos de forma online con gente que nunca conocimos personalmente. Esta barrera en las nuevas generaciones es aún más débil, ya que reconocen al otro como parte de su entorno con cierta independencia del contexto físico o virtual. Con este escenario y bajo este paradigma de naturalización del yo virtual, muchos abusadores, pedófilos y personas con otros tipos de patología han encontrado un canal alternativo de expresión de sus comportamientos, que con el tiempo se transformó en el canal principal. Así, tras un perfil en apariencia normal de una red como Facebook, puede encontrarse un delincuente o un secuestrador, protegido por la aparente sensación de ser anónimo que Internet brinda. No es evidente cómo detectarlos, y de hecho los más altos grados de perversión pueden (y suelen) pasar desapercibidos ante un ojo no entrenado. La recomendación general para evitar posibles tragedias en entornos virtuales apunta en parte a la revalorización de ciertos viejos valores culturales que ponen en duda a priori a quien no ha demostrado merecer confianza, cosa que prácticamente cualquier adulto actual puede comprender. Adicionalmente, familiarizarse con los aspectos propios de tales personajes (y su representación en las redes sociales) permite generar una sensibilidad ante el tema, que termina derivando indefectiblemente en la duda, y cuando no, en la certeza de que no estamos tratando con quien querríamos imaginar.

http://www.veintitres.com.ar/article/details/39303/sociedad-abuso-a-un-clic